Mejor acústica, mejor aprendizaje.
Un aula con buena acústica influye favorablemente en la relación de la enseñanza y el aprendizaje
Julio 22, 2020
La preocupación por crear ambientes acústicamente cómodos es particularmente importante en entornos educativos, ya que influye directamente en la relación de la enseñanza y el aprendizaje.
Lo más importante en un aula es la claridad del habla
Si un aula tiene una mala acústica:
- Los sonidos de baja frecuencia distorsionan el habla
- El sonido rebota en las paredes y en el techo y se crean ecos
- Los niveles de ruido se intensifican
- Los alumnos y profesores tienen que levantar la voz para ser escuchados
- Esto hará que tanto profesores como alumnos se sientan cansados y pierdan concentración
Estudios muestran que las aulas con mala acústica causan molestias y cambios de humor, lo que contribuye al aumento del estrés y el cansancio en los estudiantes, así como a la disminución de sus habilidades cognitivas. La interferencia acústica que proviene de los ambientes exteriores aumenta la necesidad de hablar más alto, causando agotamiento auditivo y vocal en las personas al interior de la sala de clases.
Ruido y reverberación
Los problemas acústicos se manifiestan básicamente en dos facetas claramente definidas: Ruido y reverberación excesivos.
El ruido puede originarse internamente como en el caso de los ventiladores o el aire acondicionado o bien puede provenir del exterior por múltiples causas: tráfico, clases de deportes, salones de clase adyacentes, cafeterías o restaurantes, aviones y helicópteros, etc.
La reverberación ocurre en los recintos que no presentan suficiente superficie acústicamente absorbente y consiste en la remanencia (eco) del sonido debido a las múltiples reflexiones que éste experimenta en los muros internos del lugar.
Todos estos ruidos, juntos, influyen en la comodidad acústica de los ocupantes. Según la Organización Mundial de la Salud, el nivel seguro de ruido en un aula no puede exceder los 35 decibeles. A partir de ahí, la capacidad de aprender se ve afectada. En Francia, un estudio reveló que con cada aumento de 10 decibeles en el ruido del aula, los puntajes de lenguaje y matemáticas de los estudiantes disminuyeron en 5.5 puntos [1].
Cuestión de prioridades
Es cierto que en la actual escala de prioridades la acústica del salón de clases ocupa, si acaso, uno de los últimos lugares, por debajo de la decoración, del color del pizarrón, del desinfectante de los pisos.
Estudios realizados en España muestran que inteligibilidad promedio de los salones de clase no sobrepasa el 65%. Esto es; de cada diez fonemas articulados por el profesor, solamente 6.5 de ellos se perciben correctamente. Dicho de otra manera, los alumnos se pierden 3.5 palabras de cada diez, aún así se les aplican exámenes esperando obtengan las más altas calificaciones
Para reducir la entrada de ruido externo, es ideal aislar acústicamente todos los elementos del edificio, lo que significa aumentar la masa de muros y losas, e invertir en marcos más estancos. La masa en una construcción se percibe tradicionalmente como el mejor proveedor de aislamiento acústico.
Para el interior, los materiales absorbentes o los paneles acústicos ayudarán a reducir el ruido aéreo y de impacto dentro del edificio.
Los objetos que dispersan o absorben el sonido en las paredes permitirán eliminar los ecos que pueden ocurrir entre ellas. Los materiales mas porosos, en las superficies interiores, también ayudarán a reducir la reverberaciones, mejorando la inteligibilidad del habla.
Mejorar la acústica del aula es fundamental para un proceso adecuado de enseñanza y aprendizaje; las ganancias afectarán tanto a los estudiantes como a los educadores, ya que ninguno de ellos necesitará exceder los límites naturales de sus voces.
Los arquitectos jugamos un rol fundamental para asegurar este confort acústico, desde el inicio del proceso de diseño.
Guzmán Arquitectura